Tras una etapa hegemónica de la abstracción en el arte, a principios del siglo XX surge un nuevo movimiento conocido como el neofigurativo, el cual marca el retorno de la figura humana y animal, pero con un potente componente existencialista. En este enfoque, el arte busca expresar lo que se siente desde lo más profundo del ser.
En esta impresionante escultura de Venancio Blanco, titulada «El Toro que observa», se presenta un trabajo en bronce fundido con base de mármol oscuro, datado en la década de 1970. Representa la figura de un toro con una imponente cornamenta, fusionando un estilo expresionista con facetas propias del cubismo. La influencia cubista es tan palpable como la expresionista, creando una figura que, lejos de limitarse a su representación física, se impregna de una gran carga subjetiva. La mirada del espectador se ve atrapada por su presencia, mientras que sus líneas, su serenidad y su solidez hacen de esta obra una de las más exitosas del autor. Es una pieza única, firmada por Venancio en los costillares del lado izquierdo.
Medidas: altura 23 cm, largo 26 cm, frente 10 cm